GASTRITIS AGUDA
Una gastritis aguda puede ser debida, por ejemplo, a las siguientes causas:
- El uso frecuente y en altas dosis de determinados medicamentos para el dolor (los llamados anti-inflamatorios no esteroides, cuyas siglas son AINE, por ejemplo, el ácido acetilsalicílico).
- Otros medicamentos, por ejemplo los corticoesteroides o los citotóxicos.
- Excesivo consumo de alcohol.
- Fumar.
- Intoxicaciones alimentarias.
- Consumo frecuente de alimentos que pueden irritar al estómago (por ejemplo, café o comida picante).
- Estrés y situaciones de shock.
- Lesiones, quemaduras y accidentes (traumatismos).
- Intervenciones quirúrgicas.
- Deportes de competición (la conocida “diarrea del corredor” o trastorno gastrointestinal del corredor).
- Infecciones, por ejemplo la inflamación aguda del estómago e intestino delgado o grueso (gastroenteritis)
Una gastritis puede aparecer de forma repentina y los correspondientes síntomas pueden ser causados, por ejemplo, por sobredosis de analgésicos, intoxicaciones alimentarias o infecciones gastrointestinales agudas (diarrea y vómitos). Una gastritis aguda suele estar ligada a los siguientes síntomas:
Es frecuente en una gastritis aguda que los síntomas empeoren si los pacientes ingieren cualquier alimento.
GASTRITIS CRONICA
Una gastritis también se puede desarrollar lentamente de forma paulatina, sin que los pacientes noten ningún síntoma especial. Aunque en raras ocasiones, la gastritis crónica también puede presentar síntomas como, por ejemplo:
La gastritis crónica del tipo A es una enfermedad autoinmune muy poco frecuente. En la gastritis de tipo A (denominada gastritis autoinmune) los anticuerpos atacan, sobre todo, a las células de la mucosa gástrica que producen los ácidos gástricos (conocidas como células parietales). A menudo los anticuerpos también se forman contra la sustancia producida por las células parietales, denominada factor intrínseco gástrico. Ésta sustancia permite que el intestino delgado pueda absorber la vitamina B12. Si falta el factor intrínseco se puede desarrollar una deficiencia de vitamina B12, lo que lleva a una forma de anemia, conocida como anemia perniciosa.
Si la gastritis crónica de tipo A perdura durante un largo periodo de tiempo, la continua liberación de la hormona gastrina puede causar, en algunos casos, tumores carcinoides debido a que esta hormona es la encargada de estimular la secreción de ácidos en el estomago. Un tumor carcinoide es un tipo específico de tumor maligno del tracto gastrointestinal normalmente poco agresivo.
Una gastritis crónica de tipo B es la que está causada por infecciones bacterianas. A menudo es la bacteria Helicobacter pylori la que desencadena la inflamación bacteriana de la mucosa gástrica; en raras ocasiones una gastritis de tipo B tiene otras bacterias como agente etiológico.
Gracias a una condición especial, el Helicobacter pylori puede sobrevivir en el entorno ácido del estómago: se sitúa en la superficie de la mucosa gástrica y ahí produce, con una enzima llamada ureasa, determinadas sustancias que crean un entorno menos ácido (alcalino). Esto permite a las bacterias sobrevivir. Para el estómago, sin embargo, es perjudicial dado que el medio alcalino altera la regulación de la producción de ácido del estómago y daña la mucosa, lo que puede ser uno de los mecanismos desencadenantes de la gastritis tipo B.
La gastritis crónica de tipo B constituye el 85% de todas las gastritis crónicas. Por lo general afecta a la parte del estómago previa al paso del píloro. Esta sección se llama antro gástrico.
La gastritis crónica de tipo C constituye el 10% de todos los casos de gastritis crónica. Los agentes causantes de este tipo de gastritis, también denominada química-tóxica, son sustancias que actúan de forma nociva sobre la mucosa gástrica.
Principalmente, las sustancias que provocan los casos de gastritis de tipo C son la bilis y el contenido que refluye de vuelta desde el duodeno al estómago (denominado reflujo gastroduodenal).
Este reflujo contracorriente daña sobre todo la mucosa en la zona del píloro. Otros agentes nocivos causantes de la gastritis crónica del tipo C son el consumo de alcohol crónico o determinados analgésicos (AINE*, por ejemplo, el ácido acetilsalicílico).
- Sensación de presión y dolor abdominal, especialmente en la parte superior del abdomen (sobre todo cuando se ejerce presión sobre él con la mano en la palpación abdominal).
- Falta de apetito.
- Náuseas y, en raras ocasiones vómitos.
- Eructos.
- Mal sabor de boca.
Es frecuente en una gastritis aguda que los síntomas empeoren si los pacientes ingieren cualquier alimento.
GASTRITIS CRONICA
Una gastritis también se puede desarrollar lentamente de forma paulatina, sin que los pacientes noten ningún síntoma especial. Aunque en raras ocasiones, la gastritis crónica también puede presentar síntomas como, por ejemplo:
- Sensación de saciedad
- Flatulencias
- Diarrea
- Dolor abdominal
- Pirosis
La gastritis crónica del tipo A es una enfermedad autoinmune muy poco frecuente. En la gastritis de tipo A (denominada gastritis autoinmune) los anticuerpos atacan, sobre todo, a las células de la mucosa gástrica que producen los ácidos gástricos (conocidas como células parietales). A menudo los anticuerpos también se forman contra la sustancia producida por las células parietales, denominada factor intrínseco gástrico. Ésta sustancia permite que el intestino delgado pueda absorber la vitamina B12. Si falta el factor intrínseco se puede desarrollar una deficiencia de vitamina B12, lo que lleva a una forma de anemia, conocida como anemia perniciosa.
Si la gastritis crónica de tipo A perdura durante un largo periodo de tiempo, la continua liberación de la hormona gastrina puede causar, en algunos casos, tumores carcinoides debido a que esta hormona es la encargada de estimular la secreción de ácidos en el estomago. Un tumor carcinoide es un tipo específico de tumor maligno del tracto gastrointestinal normalmente poco agresivo.
Una gastritis crónica de tipo B es la que está causada por infecciones bacterianas. A menudo es la bacteria Helicobacter pylori la que desencadena la inflamación bacteriana de la mucosa gástrica; en raras ocasiones una gastritis de tipo B tiene otras bacterias como agente etiológico.
Gracias a una condición especial, el Helicobacter pylori puede sobrevivir en el entorno ácido del estómago: se sitúa en la superficie de la mucosa gástrica y ahí produce, con una enzima llamada ureasa, determinadas sustancias que crean un entorno menos ácido (alcalino). Esto permite a las bacterias sobrevivir. Para el estómago, sin embargo, es perjudicial dado que el medio alcalino altera la regulación de la producción de ácido del estómago y daña la mucosa, lo que puede ser uno de los mecanismos desencadenantes de la gastritis tipo B.
La gastritis crónica de tipo B constituye el 85% de todas las gastritis crónicas. Por lo general afecta a la parte del estómago previa al paso del píloro. Esta sección se llama antro gástrico.
La gastritis crónica de tipo C constituye el 10% de todos los casos de gastritis crónica. Los agentes causantes de este tipo de gastritis, también denominada química-tóxica, son sustancias que actúan de forma nociva sobre la mucosa gástrica.
Principalmente, las sustancias que provocan los casos de gastritis de tipo C son la bilis y el contenido que refluye de vuelta desde el duodeno al estómago (denominado reflujo gastroduodenal).
Este reflujo contracorriente daña sobre todo la mucosa en la zona del píloro. Otros agentes nocivos causantes de la gastritis crónica del tipo C son el consumo de alcohol crónico o determinados analgésicos (AINE*, por ejemplo, el ácido acetilsalicílico).
*Antiinflamatorio no esteroideo: Dexametasona, entre otras.
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